Durante las últimas décadas, las artes escénicas han ido evolucionando, de forma tal que la matriz concebida hace cincuenta años ha quedado antigua. El autor de una obra ya no es únicamente quien la escribe o compone. Una obra artística es usualmente una composición coral en donde participan diversidad de autores. Justamente, y en reconocimiento de esa autoría coral, han surgido otras entidades representativas de la diversidad creadora que hacen a un único hecho vivo en la órbita del teatro y la música.

Partiendo del marco normativo, vale recordar que la existencia de ARGENTORES y de SADAIC se sustenta en un decreto ley (SADAIC) y una Ley (Argentores) que las crearon. Luego, a través de varios decretos se sumaron nuevas sociedades de gestión colectiva: AADI, CAPIF, DAC, SAGAI y es esperable que surjan otras en un futuro. En todos los casos, cada una de las SGC se les asignó competencias monopólicas y facultades para determinar aranceles de forma unilateral.

La problemática no soslayada es que las SGC se fueron montando una sobre otra, exigiendo condiciones que desvirtuaron su rol fundamental, haciendo de nuestro país el más gravoso en el arancelamiento en suma de los derechos de autor, sistema que atenta contra la viabilidad de muchos espectáculos.

Desde AADET venimos advirtiendo tal situación a los distintos gobiernos y a las diversas entidades de gestión colectiva. Siempre partiendo de una premisa fundamental: reconocer el genuino derecho de todos y cada uno de los/as autores de una obra artística. Nuestra postura fue siempre clara, puntual y transparente: es necesario establecer un ‘topeo’ de aranceles que abarque el conjunto de los derechos directos y conexos de un mismo espectáculo, esto es, que no se sumen como capas independientes generando porcentajes inabordables. Esta posición es muy distinta a no considerar genuinos los derechos reconocidos y/o por crearse o desconocer la importante labor que realizan las sociedades de gestión en Argentina.

Sin embargo, amparadas por las sucesivas normativas que dota de competencias monopólicas y facultades para fijar condiciones y aranceles de forma unilateral, las sociedades de gestión no tuvieron empatia a la hora de escuchar esta problemática y, mucho menos, de considerar trabajar en ello en forma sectorial.

Los recientes decretos son otra muestra latente de la falta de diálogo previo. Los abordajes de su impacto, abundan en blancos y negros que enceguecen una problemática más compleja y que a todas luces todos sabemos que existe. Este decreto necesariamente debe impulsarnos para sentarnos a una mesa común.

Invito al trabajo conjunto, al diálogo mancomunado entre quienes pertenecemos al ámbito de las artes escénicas, al teatro y la música en vivo, para que, de una vez por todas, podamos escucharnos, atender las necesidades de todos los involucrados sin distinción alguna y desde allí construir una solución que nos integre y potencie como colectivo artístico.

Comparto abajo un resumen del informe que oportunamente desarrollamos desde AADET sobre esta problemática y que presentamos en todas las administraciones de los últimos 10 años, siempre con ánimo de promover esquemas participativos y estimular el desarrollo de nuestra actividad.

AADET – Informe Aranceles Derechos de Autor 2020

Sebastián Blutrach
Presidente de AADET